Las Rozas instalará nuevos desfibriladores para ser una ciudad cardioprotegida

El Ayuntamiento de Las Rozas instalará en 2017 nuevos desfibriladores, que se sumarán a los 15 ya existentes, para ser una «ciudad cardioprotegida», dentro del proyecto regional «Madrid, Comunidad cardioprotegida».
Los nuevos desfibriladores se instalarán de la siguiente forma: cuatro en los polideportivos municipales; tres más en instalaciones deportivas: la pista de atletismo, el recinto ferial y el campo de rugby de El Cantizal; otros cinco a disposición del SAMER en ambulancias y Vehículos de Intervención Rápida (VIR), dos de la Policía municipal y otro que se va a implantar este mes en el centro de mayores El Baile por su elevada afluencia de personas.
La primera fase de adquisición de nuevos dispositivos comenzará en la concejalía de Familia, Servicios Sociales y Sanidad, que tiene previsto comprar tres unidades a primeros de año.
Técnicos municipales elaborarán un informe sobre la ubicación más conveniente de los nuevos aparatos y un mapa con todos los desfibriladores existentes en Las Rozas.
Personal del SAMER, que ha atendido este año un total de 12 emergencias en las que ha sido preciso el uso de desfibrilador, realizará talleres de formación para empleados públicos y población en general, para que estos se familiaricen con su utilización. También ofrecerá más cursos sobre reanimación cardiopulmonar (RCP), como ha venido haciendo en los últimos años.
Con estos 16 desfibriladores, existirá uno por cada menos de 6.000 habitantes, por lo que Las Rozas se acerca al parámetro de «uno por cada 5.000 habitantes» que exige la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo» para lograr el certificado de «ciudad cardioprotegida».
La Comunidad de Madrid, que preside Cristina Cifuentes, «regulará la instalación y el uso de desfibriladores y su obligatoriedad en determinados espacios donde se prevea una alta afluencia de personas«, según anunció este mes el Gobierno regional.
El Servicio de Emergencia 112 registró en 2015 más 1.200 paradas cardiorrespiratorias en la región fuera del ámbito hospitalario.
Los desfibriladores semiautomáticos, como los instalados en Las Rozas, son equipos fáciles de manejar, ya que el propio dispositivo proporciona las instrucciones sonoras necesarias para que el personal no sanitario sepa qué pasos tiene que dar y sea capaz de realizar las maniobras de reanimación necesarias ante un caso de paro cardiaco.
Las muertes en España por fibrilación cardiaca ascienden a 35.000 cada año y está comprobado que las posibilidades de sobrevivir a un episodio de estas características se reducen un 10% por cada minuto que pasa. De esta forma, se salvarían muchas vidas si todos conociéramos un lugar cercano donde hay un desfibrilador.